Que bonita fue tu llegada a casa,
que ni la alcoba la tenía preparada,
pero como siempre tengo los platos
de tu agrado... difrutaste tanto hasta
del amor, que alegre quedé; gracias
mujer por esa tarde maravillosa
que pasamos juntos, y de olvidarla
jamás, porque quedará plasmada
en mi diario, en un pensamiento
bonito que escribí a tus encantos
de amor, y pasion que nos dimos
en esa tarde gris, pero felices los dos.