No se apaga el pensamiento
como una flecha incandescente dibujando bosques imaginarios
Se enciende la lucidez con su propia furia
Incinerando la historia artificial
levantando las cenizas del olvido
Atravesando los muros de Egipto
Y los valles de Gibraltar
No se apaga el pensamiento ni en la mística intención del silencio
Aún revolotean las mariposas blancas en la neo corteza
Como rayos de aurora boreal se alumbran en el temporal del mismo sueño
Negro y blue, arcoíris de luces incompletas
No se apaga el pensamiento porque el alma no necesita pausa ni intervalo
Porque la voz y el tic tac de la vida es eterno