Mira en el brillo de mis ojos, la tristeza que me habita.
Me estoy acostumbrando a ser océano sin olas
para no extender mi llanto.
Condeno mis tristes horas de náufrago perdido
Y en el fondo de mis tantos abismos;
Quiero ser cima y en encuentro de las aves.
Ven, hagamos un nuevo istmo entre tú soledad y la mía
Abramos las ventanas más allá del virus que nos mata
Y asistamos a las nupcias de nuestros desencantos con las horas.
Los dos seremos alas que se apoyen en el viento
Para no morir pegados al piso del olvido.
Marcos Reyes Fuentes.
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