Lourdes Aguilar

A MI ABUELA

Hoy he vuelto a sentarme junto a tu banquillo

para oír de nuevo tus historias

mientras con tus hilos de colores

diseñas pájaros y flores

con pequeñas cruces en la tela

 

Te recuerdo desde entonces frágil y pequeña

pero nunca ociosa, nunca desaseada

Añoro tus manos arrugadas

siempre en busca de labores

tu andar delicado y decido por la casa

las noches de fe renovada en oraciones

las humildes golosinas y juguetes

y los poblados aislados de la urbe

que algunas veces de tu mano visité

tus relatos para otros sólo cuentos

me permitieron entrar a esos mundos

pródigos de fuerzas invisibles

y seres mágicos sólo perceptibles

para quien tenga imaginación de niño

 

Gracias por sembrar mi fantasía

con la paciencia del jardinero a sus rosales

gracias por inculcar respeto y admiración

hacia tus pulcro hipil e idioma maya

amé la cebolla blanca en tu nuca

y el rebozo que protegía del sol a tu cabeza

 

Anciana querida, olorosa a limonaria

a piedra caliza, a milpas y corrales

justo es el descanso de que ahora gozas

por tu tenacidad al quedar sola

y crecer dignos hijos para éste suelo

demostraste la valía de tu raíz indígena

 

Vives por siempre en mí anciana amada

campesina, narradora y artista

digna representante del mayab glorioso

gracias por llenar mi niñez solitaria

con el encanto de mi Tierra

para muchos intrascendente

por carecer de renombre o gran fama

 

Por ser quien fuiste hoy te recuerdo

y me siento con ojos impacientes

junto a tu banquillo y tus hilos de colores

para ser de nuevo tu pequeña nieta

que absorta escuchaba tus historias