Hoy he vuelto a sentarme junto a tu banquillo
para oír de nuevo tus historias
mientras con tus hilos de colores
diseñas pájaros y flores
con pequeñas cruces en la tela
Te recuerdo desde entonces frágil y pequeña
pero nunca ociosa, nunca desaseada
Añoro tus manos arrugadas
siempre en busca de labores
tu andar delicado y decido por la casa
las noches de fe renovada en oraciones
las humildes golosinas y juguetes
y los poblados aislados de la urbe
que algunas veces de tu mano visité
tus relatos para otros sólo cuentos
me permitieron entrar a esos mundos
pródigos de fuerzas invisibles
y seres mágicos sólo perceptibles
para quien tenga imaginación de niño
Gracias por sembrar mi fantasía
con la paciencia del jardinero a sus rosales
gracias por inculcar respeto y admiración
hacia tus pulcro hipil e idioma maya
amé la cebolla blanca en tu nuca
y el rebozo que protegía del sol a tu cabeza
Anciana querida, olorosa a limonaria
a piedra caliza, a milpas y corrales
justo es el descanso de que ahora gozas
por tu tenacidad al quedar sola
y crecer dignos hijos para éste suelo
demostraste la valía de tu raíz indígena
Vives por siempre en mí anciana amada
campesina, narradora y artista
digna representante del mayab glorioso
gracias por llenar mi niñez solitaria
con el encanto de mi Tierra
para muchos intrascendente
por carecer de renombre o gran fama
Por ser quien fuiste hoy te recuerdo
y me siento con ojos impacientes
junto a tu banquillo y tus hilos de colores
para ser de nuevo tu pequeña nieta
que absorta escuchaba tus historias