Siento tu distancia en cada poro de mi cuerpo,
Y cada gota de sudor frío con sabor a triste lágrima,
Siento a cada aurora morir sobre mi frente,
Y a cada rumor de blanca niebla,
Desabrigar mi pecho con tu ausencia.
Siento apego al recuerdo de aquellos besos que no me diste,
Y al ausente abrazo cuando a tu lado moría por hacerlo,
Siento apego a tus sonrisas, y a tu hermosa mirada china,
Así como a tus cabellos y a tu piel tan suave, tan querida.
La distancia es como un velo de cada noche,
Donde me despido de ti para esperar el nuevo día,
Y en cada mañana al leer tus buenos días,
Es como un beso sobre mi frente, para decirme…
Buenos días, amor mío.
Siento apego a tu cuerpo, a tu piel y al aroma de tus cabellos,
Y siento apego a la ropa, que con amor tu cuerpo cubriría,
Pero es tan fuerte mi apego al querer oír tu voz en mis pupilas,
Que tan solo no duermo por esperar con ansias,
Oír tu voz como trino de golondrina.
Quisiera decir que te extraño tanto,
Quisiera decir que te necesito,
Quisiera decir que al no saber de ti, mi vida es un quebranto,
Y hasta podría querer decir, que me he acostumbrado a tu quererme,
A pesar de la distancia y el no hablarte tanto,
Quisiera poder decir,
Que mi amor por ti, es como un simple apego,
Donde tu voz es mi sosiego,
Y tu sonrisa el encanto,
Quisiera poder decir… que te Amo… aunque sólo diga,
Que es un simple apego... escrito aquí en mi pecho.