Ando el camino
con pasos vacilantes
y envejecidos.
Estoy cansado.
La noche y el otoño,
lentos se acercan.
(Dije el otoño
y acaso es el invierno
el que me abraza).
El padre invierno,
citado en los relatos,
de los autores.
Aquellas letras,
con rasgos temblorosos,
hoy son presentes.
Me veo allí,
lector impenitente,
en el pasado.
Pero el presente
acude con la nieve
a mis cabellos.
Es el invierno,
que acude y que te abraza,
dice tu espejo.
Y me promete
\"la nueva primavera\"
como consuelo.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/20