Sixto Sanchez

NO MOLESTAR

 

Déjenlo quieto en su habitación. Apenas un cono de luz entrando por una hendidura, sobre su pie, encima del otro, su vientre, su cabeza; columna de huesos grises en alguna zona de la noche.

 

No le pregunten… ¿Qué es la poesía?, porque entonces intentará articular su nombre, si pudiese. Sobre lo que son los significados, si los hay.

 

Su mirada se desplaza en la penumbra, extendida, sin fin. Come bien, y le falla el sueño. Muy poca sed, y su sangre está estancada.

 

Al principio, cuando su corazón se detuvo, lo sopló delicadamente, luego lo mordió muy feroz. Después, no se sabe cuándo, lo lanzó lejos de sí, lo más lejos que pudo.

 

Su habitación un cuadrilátero silente.

 

Ha estado agonizando desde su nacimiento, hecho un ovillo de inercia, poblado de pelos, pocos. Trazos de escritura no aclararán su existencia.