Diriges con tu batuta y tus manos
la orquesta de mi cuerpo a ti dispuesto
para ejecutar tu obra más perfecta
Y en el escenario de tu cama
con sábanas de seda como telón
vas convirtiendo mis gemidos y jadeos
en esa música sublime que nos lleva al edén
Perito eximio en el arte de amar
me conviertes en tu obra maestra
Me elevas a la gloria absoluta entre
tu respirar agitado y el perfecto movimiento
y firme de tu batuta que dirige la cadencia
de mis caderas cimbreantes al compás
enardecido y lujurioso de tus deseos.
Ángela Grigera Moreno
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