\"No muere nunca quien siempre es recordado\"
Bebías para olvidar y nada que la olvidabas,
tus canciones eran historias que contabas
de quienes no tienen un amor y se lo merecen…
De gente que no es raro que llorando la vean,
que no es tristeza justo lo que más desean,
pero es eso al final lo único que les ofrecen.
Más de uno que sufre, buscando el olvido
alguna canción de aquéllas tuyas ha oído
y muy decidido quiere cortar sus venas;
beben, pero no les basta nunca ningún trago,
pues de ningún modo resulta suficiente pago
para cancelar y solventar tantas penas.
Viéndote cantar, observando con calma,
aprendí a escribir así, con toda mi alma
y a sentir mucho cada cosa que escribo.
Al fin y al cabo, yo en realidad pienso
que un sentir como ése, tan inmenso,
es lo que más te ayuda a sentirte vivo.
Tenía tu voz tanta fuerza interpretativa,
que el solo verte u oírte cantar motiva
hasta al ser con más tristeza o desgano.
Al menos de algo estoy muy seguro yo,
que aunque se sea correspondido o no,
nunca, pero nunca, se ama en vano.
Hay que amar con la pasión con que cantabas,
tú que tanto dolor en tus adentros aguantabas,
eras para eso, sin duda el mejor ejemplo.
Cuando estabas en plena acción en el escenario
y vimos que era el sufrimiento tu peor calvario,
hacías de tu corazón, lo más similar a un templo.
Se puede notar que en algo nos parecemos,
con canciones y poemas que le hacemos
al amor y hay muchos más que aún haré,
para que los lean aquí y en todas partes.
La diferencia es que soy sólo Álvaro Márquez
y tú… fuiste el gran José José.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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