Entre delfines
Y fuimos los dos, no un barco que se hundía
en los arrecifes de la vida tan de prisa
y con afilados colmillos a la piel protegía.
Porque razonábamos que el fuego quema,
quedando ilesos para otro buen día.
Fue ese miércoles de cenizas,
sin estar comulgando.
tus ansias me las bebía
y estábamos gozando
detrás de la sacristía.
Que brillo tan encantador
descubrí en tus ojos
húmedos en un semblante agitado
y me refugié en tus agitados besos
apasionados.
Tú amaneciste el lunes
en el piso acostado,
parecía que todo se extinguía.
No finalizó la semana y bailamos al amor,
como delfines entrenados
en ese juego sin final.
Aquella mañana, ¡qué calor!
en el espejo y su esplendor,
sonriendo enamorados
agradecidos a la vida,
sin querer terminar.
NellyCastell