Quédate a mirar el infinito azul del cielo
bajo mis brazos de arrullo y ensueño,
deja que la brisa del mar acaricie tus cabellos de oro,
y el espacio entre colinas repita en coro tu susurro.
Deja que tus labios congelen la mirada,
esa mirada de cristales y mejillas sonrojadas
de este hombre cautivado por tu dulzura,
¡quiero volver a la estación del paraje de tus besos!
Quédate bajo la lluvia sinfónica de la lluvia,
frente a mis espejos del alma,
deja que te hablen mis ojos
como si fueran a revelarte mis secretos.
Camina despacio bajo las ramas de los pinos
mis sueños seguirán las huellas de tus pasos,
quédate a vivir dentro del alma mía,
dale vida a mis latidos para que viva nuestro idilio.