A veces llegas blanco, tu interés o curiosidad alegran las tardes aburridas , mueves el aire del salón, dibujas tu sombra larga cuando interceptas la luz de la mañana.
A veces llegas puro, sin malicia es tu rostro cuando buscas mi regazo, y acaricio tu pelo mientras cierras los ojos imaginando otros mundos, otros tiempos.
A veces llegas húmedo, salpicas de alegría las paredes mientras digo que salgas, y si sales te pido que entres porque afuera hay lodo y estás mejor junto a mí.
A veces llegas lengua y mi rostro se aleja de ti sonriendo porque me quieres alcanzar. Y mis oídos se cierran para no caer nuevamente y amarte aún más.
A veces llegas negro, con lodo y no hay más.
Es hora de meterte a bañar.