Todo lo que tengo, lo llevo en un bolsillo.
No se compliquen, es un reloj de arena.
Mi perfil, se preguntarán, con o sin razón;
pues bien, de ese, ni idea. Será
una cabeza cortada por la ira.
O una cebolla que amamantó ternura.
Todo lo que tengo, todo lo que llevo,
en los pantalones me cabe, como espuma.
Fósiles del recuerdo, un amor de primavera,
o las abejas, que en el amor me aprietan.
Todo, como en un espejo, en mi corazón
lo llevo.
Reservo, para los días felices, una cabellera.
Un florecer de avecillas y unas cadenas.
Un libro, para el sol menos dichoso.
No exageren, tampoco es para tanto,
la vida. Por eso cabe, en mi bolsillo,
la arena de un reloj sincero-.
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