En un despertar risueño y silencioso se
licuaba en el éter la dorada luz del alba
y las lágrimas de tus pétalos se diluían
en besos románticos de la corriente del agua.
Tus rojos perfumes quemaban mis sentimientos
en el cálido helor de la alegre mañana,
por el azur volaban mis blancas ilusiones
arrulladas en las tiernas caricias del aura.
En un espejo encendido por aromas de oro
ardía la angustia de mi nostalgia
cuando en mis brumosos sueños no lograba ver
el álgido resplandor de tus esmeraldas.
En el despertar risueño de la bella aurora,
cuando la luna lloraba lágrimas de plata,
tu imagen se esfumó de mis sueños nostálgicos
como dulce aroma en la madrugada.
Aromas de nostalgia