Tienes, una sonrisa que es un cielo,
y ese reflejo en tus ojos,
que pude ver así en mis sueños.
Tienes, toda la gracia que te quiso regalar
aquel artista con sabor a eternidad
que te forjó con tanto esmero.
Tienes, dentro de ti aquel destello,
aquella chispa, aquel misterio,
de ser mujer y ser un sueño.
Tienes, toda la gracia que te quiso regalar
aquel artista con sabor a eternidad
quien te creó.
Cuando yo estoy cerca de ti
siento que estoy ante un altar
donde respiro santidad.
Y tengo miedo de quebrar
la magia que hay en ti.
No puedo ver por esa luz
que se desprende de tu ser
y me sumerge en éxtasis.
Entonces tiemblo al descubrir
que es tan real el gran amor
que siento yo por ti, mujer.
Mi corazón se siente morir
cuando despierto a la realidad,
y descubrir que sólo eras tú
el sueño de un soñador.
R. Gruger / 1-3-2000