Qué podría yo decir
que te produciera gusto,
no me gusta lo que digo,
no es tan triste si me asusto
de pensar en escribirte
cosas de tiempos ya idos.
No me acuerdo, ni te miro,
no encuentro palabras nuevas,
todo es viejo, desparejo,
todo pesa, todo abruma,
mientras se va my despacio
a un camino sin destino
donde las piedras desnudas
quedan jugando a escondidas
bajo algún manto de bruma
cuando la lluvia caliente
me va tocando la frente
convirtiédose en espuma.
Y los pelos se apretujan
bajo el peso de la nuca
mientras un montón de brujas
cantan canciones de arrugas.
Qué podría yo encontrar
si no sé lo que buscar,
si casi nunca te añoro
porque me pongo a bailar
en los sueños de tesoros
que me puedo imaginar,
cuando prometo y no hago,
si es que me miro con asco
esta cara derretida
en el espejo del río
mientras la luna saluda
desde el cielo que ilumina.