Ahora que de ti solo queda
la sensación de reinventar lo que era,
el volver a estar insoportablemente vacío
en tu ausencia que no me deja de otra que
desaprender tu nombre con el paso del tiempo.
Ahora que juego a quererte como siempre y no me elijo
te justifico a ti como el por quien vivo y desconfío del resto,
de sus leyes naturales, de los aplausos que hieren,
de los cuerpos que pasan y dejan rastros,
de las medias almas cuando de ti lo tuve todo
ante cada demanda de calor cuando el frio se hacía presente.
Ahora que de ti solo queda
una primera vez
donde doy cabida a la contrariedad,
al paso del silencio y rechazo la caridad de otros labios.
Elijo esconderme de los itinerarios, de las estaciones, de Dios, de todo
y ahí, en un rinconcito de un suelo cualquiera
soy quien también remite estos textos y se acobarda.
Aquí dónde dejo de ser,
donde tantas veces concedí al cansancio la cama de tus manos,
el calorcito de tu boca y creímos que sería para siempre.
Ahora que de ti solo queda…
No lo sabes,
Ahora te espero, quizás mañana ya no.