Se encontraba el colibrí,
de frente a su bella flor,
disfrutando el elixir sagrado
del verdadero amor.
Y yo…
observando al colibrí,
admirando tanta belleza,
y pensando en ti.
Y me llega la ilusión:
tú y yo,
cual flor y colibrí,
amándonos con pasión.
Que este pensamiento,
hasta ti, lo lleve la brisa,
y motive en tus labios,
una bella sonrisa.
Porque eres mi bella flor,
mi noche con estrellas,
mi sol y mi alegría,
¡ Eres todo en mi vida !
© Saulo García Cabrera