Pensando en ti
va pasando la tarde
muy lentamente.
Todo está triste.
El silencio y el llanto
están palpables.
Vienen recuerdos,
con forma de resacas,
sin playa y olas.
Aquella voz
que me dejaste tú
hoy no la encuentro.
Y yo la busco,
la quiero y la preciso
y en ella a ti.
Pero comprendo
que quieras navegar
por otros mares.
Viviendo libre,
sin celdas ni cadenas
tu propia vida.
Nada dirán
mis labios y pupilas
hoy temblorosos.
Pero estarán
mis versos esperando
poder hablarte.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/20