Quieres que me desgarre el alma
y que me entierre enfrente tuyo,
engreída quieres, arguyo,
qué sea un títere en tu palma.
Insistes usarme de enjalma
pues a mascota sustituyo,
sobre estrangulado de ti huyo tratando de romper tu talma.
Con mi propia sangre teñido
me confundí al enamorarme,
de garra en espinoso nido.
Sigues queriendo doblegarme...
y como un animal herido,
duele el intento de escaparme.