Te vi quererme, con tu mirada. Y mi alma ahogada emergió con nuevo aliento de vivir. ¿Existe momento más propicio para amarte que ese en que nos separamos? Cuál instante más hermoso, que ese en el que me encuentro a tu lado contemplando tu mirada lejana pero sintiendo a la vez tu corazón tan cerca del mío. Te amo, lo repito una y otra vez cuando te miro. En el silencio que nos guarda sin distancias mi mente crea una y otra vez ese poema que nunca llega al papel y el lienso de mi pensamiento se extiende a ti como si fueras tú la pluma y tus latidos la tinta que sobre mi van marcando sentidos versos. Y al mirarte... Al mirarte, florece mi ser que antes marchito buscaba la lluvia, lluvia que encuentra en tus labios rosados y encuentro en tus ojos la luz que anhelaba. Te vi quererme con tu mirada y fuiste ráfaga de luz que rompió el negro cristal que me cubría lleno de tristezas.