Anduve en la vida sin tí y el sufrimiento, no se hizo esperar.
Sentí una tortura inimaginable, lloraba demasiado, pero luego me agarre de tu amor,
el que siempre está ahí, esperando con los brazos abiertos. Llegue a tí, con paso lento
debido a mis muchas heridas, te vi tan lejos y sentí que no llegaría, pero ver tu manos
indicándome el camino, me dió fuerza.
Al llegar caí al suelo, de repente vi una luz penetrando en mi alma, y pensé dónde estaré,
y en ese instante hablaste y tus palabras fueron música para mis oídos, el aire tenia aroma
a flores, y tus ojos hablaban solo del amor que nos tienes.
Dios te agradezco que me haya curado mis heridas, causadas por estar lejos de tí.
Ahora se que la felicidad se llama Dios.