Las palabras sobran,
el clarín toca,
amanece
el sol asoma en las altas cumbres,
las estrellas han huido
hacia sus guaridas,
la fiebre, las gotas en la frente,
la blanca palidez,
larga agonía
como la vida
no escucha,
es el delirio en los ojos,
camina por lugares grotescos,
colores desvanecidos
tengo sus manos
trasudan los últimos perfumes
y yo muero con ella.