Irreal, altiva, así te concebí en mis sueños
Tus pasos de pies de algodón
Tus ojos como luceros en la negritud de la noche
Tus senos ingenuos como veleros en la mar
Así te concebí en deseo, así te conocí primero
En la calle desierta, nos reímos al vernos
Cubriendo sus esquinas con los ecos y los gestos
Descansando uno al otro en nuestros hombros desnudos
Mi mano ingenua expolio la noche
Para alcanzar tu vientre entre suavidad y aroma
Tus ojos hicieron un guiño a la inocencia agónica
Hasta dejar brotar el manantial delicado de tu cuerpo enajenado
Así te cubrí de seda,
Para que el viento terso abrazara tu piel desnuda
Así te entregue mis besos
Hasta palpar la suavidad angélica de tu vientre yermo
Así me condenó el tiempo
Hasta habitar mis sueños tu figura tierna
Para negar que muero, para negar que olvido
Hasta partir primero, sobre las rocas muertas
De mi pasión y deseo.