Prófugo del amor, persecutor del tiempo,
Que entre cañaduzales abril te vio nacer
Cuando el sol impregnaba con su piel tu cabello,
Los ángeles pintaban sus nubes en tu piel
Y el manto de tus ojos fungía como lienzo
De verdes pastizales y cañas de agua miel.
Enemigo del ruido y amigo la tierra
Que viajas por el mundo detrás de una razón,
Razón que reconcilie la fulgurante guerra
Que libran permanente tu mente y corazón
Con atípicos motes te tildan los que yerran
Tan solo porque ignoran tu espiritual misión.
Entre ceños fruncidos y palabras de hielo,
se anidan sentimientos tan suaves como tul.
Y en ese misticismo que dibuja tu cielo,
Navega libre tu alma como en el mar azul,
Alma vieja del mundo, perenne consejero,
Eón sobreviviente, guerrero y ser de luz.
Ardego 2020
Octubre 29