DESOLACIÓN
Ya cuando regresé no estabas en tu alcoba
y puede comprender que el tiempo también roba.
Busqué con gran fervor mi dulce compañía
en cada flor abierta al ver que no volvía
la rosa en mi vergel de aroma fantasía
con pétalos de miel, razón de mi armonía.
Después yo recordé la cárcava funesta
en donde fue feroz la espina manifiesta.
Y vi la soledad teñida de caoba
en esa habitación con humo y sangre fría,
dolor en un papel por una deforesta.
Tan solo es una aresta
quien deja una señal con restos muy dispersos
aquí en mi corazón y en parte de mis versos.