He de dormir en tu boca
cáliz de vinos añejos
entre el aroma a madera
con que perfumas tu cuerpo
y el olor de las varillas
encendidas del incienso
Y en tu pecho de alameda
que tiembla bajo mis besos
apoyada mi cabeza
sentirá dedos de viento
enredarse en mi cabello
y pensaré en los misterios
que ocultan tus pensamientos
Y mi alma enamorada
de tus delirios y anhelos
se dormirá con los sueños
con los que sueña una niña
cuando a la vida despierta
y su sangre embravecida
corre loca por sus venas
Me despertaré temblando
al sentir tu húmedo cuerpo
con dulzura acomodarse
entre mis piernas abiertas
buscando saciar tu sed
y apagar el fuego intenso
que me consume por dentro.
Angela Grigera Moreno
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