Quien ama la sabiduría
alegra también a su padre
vibrando el alma de su madre
bendición tiene día a día.
Para el hijo que da alegría
alegra al padre como sabio
contra su madre no hay resabio
solo gozo y algarabía.
El hijo sabio en senda recta
camina justo a su destino
su corazón nunca es mezquino
y su amor sincero proyecta.
Su palabra es seria y correcta
sin falsedades ni dobleces
y Dios recompensa con creces
porque su promesa es perfecta.
Hijo mío, Dios te bendiga
que Él guíe por siempre tus pasos
apartándote de fracasos
apartándote de la espiga.
Nunca siembres planta de ortiga
porque su líquido es ardiente
camina seguro y de frente
evitando a quien te fustiga.
¡Tu triunfo, alegres celebramos!
porque el esfuerzo dio cosecha
aplaudimos grandiosa fecha
y el corazón regocijamos.
Hoy tu título festejamos
porque serás nuevo Ingeniero
muy alegres como un jilguero
¡Todos, un gloria a Dios cantamos!