El arpegio mas triste de otoñales violines
es aquel que les brota con sentido lamento
con la nota doliente del vivaz sentimiento
que tenía corolas de preciosos jazmines.
Tembloroso palpitan al compás de maitines,
que su cántico ofrecen con el pálido aliento
de la rosa que expira, por ciclón virulento
que a su pétalo rojo le quitó sus carmines.
Soñolientas capellas de congojas mortales
aparecen de pronto con terrible borrasca;
que desgaja del alma sus floridos rosales
convirtiendo los sueños en reseca hojarasca;
que levantan los vientos con sus fuerzas letales
que nos dejan la huella que ilusiones atasca.
Autor: Aníbal Rodríguez.