Y tú, que cruzas las horas secas de mi vida
Como imagen altiva de olvido
Como incienso ceremonial de abandono
¿Dónde has dejado tu oído?, que no escuchaste mi canto
No, ya no es hora de noches plenas
Ya no quedan estrellas de luz suave
Alucinantes, para reposar los sueños
No, ya la hora es de sombras entre nieblas acuosas
T tú, que germinaste armonías en tu vientre
Que diste latido y voz a la vida nueva
Acaso preñas en esta hora el silencio cruel de los abismos
Donde las aves mueren y el manantial se pierde entre las rocas
No, ya no es hora de viacrucis o de rosas sin aroma
Ya no flotan hacia mí las sombras de la inquina
Una luna azul expolia la noche oscura
Y de su sombra surges tú, enmudecida de paz y calma
Y tú, que brotas entre fuentes renacidas
Cruzando las horas húmedas de mis días
Acaso cruzaras el lago, entre sus tiernas neblinas azules
Acaso inundaras mi alma, acaso volveré a la vida