Cesto en mano caminaba,
ofreciendo el pan, llegaba...
Su mirada, clara, hermosa,
y pausado andar, de diosa...
Eran sus manos, en la tarde, frías!
sus mejillas, al contacto con las mías
grabaron un sentir sublime...
aquel goce que del deber exime
Y así, vivir con el recuerdo
respetando nuestro acuerdo...
No se si intuyó que la quería,
nunca le pedí que fuera mía,
tal vez supo lo que el alma dice
no lo sé, pero sí, tanto la quise!...
Autor: Marco Fabio Vázquez H.
Tlatlauqui Pue, - Cd. Delicias Chih. México
2014 - 2017