El sol volvió,
pasando entre las nubes,
y sonreíste.
En un instante
la vida me enseñó
la primavera.
Y fue la luz,
el canto de las aves,
las margaritas.
Fue una explosión
de amor y poesía
en su conjunto.
Pensé en el mar,
tus pasos con mis pasos,
marchando juntos.
Y sorprendido
noté que estaba solo
con mi silencio.
Eran recuerdos
y sueños infantiles
de primaveras.
Le dije adiós,
al sol con un suspiro
que se ocultaba.
Y tu silueta,
perdida en mis pupilas
dejó una lágrima.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/06/20