En agradecimiento a los que pasan por mi vida desde que estoy aquí.
Botones de nácar custodian mi alma,
que, poco apreciaba allá por mi niñez,
hermosa custodia de un gran equipaje,
que fueron nutriendo de amor y deber.
No supe hasta grande qué significaba,
y por instinto legué… aún sin comprender,
pero el Amor es grande y como Lo buscaba,
mi mente y mi alma supiste encender.
De a poco y con llanto te sigo los pasos,
ladera escarpada, puedo recorrer,
ante cada escollo encuentro Tu Mano,
que asida con fuerza me evita caer.
Y sigo el camino, sinuoso, escarpado…
pero con clara certeza, de que, aunque yo no la vea,
la cima me espera y allí llegaré.
Y sigo el camino que, aunque solitario,
se encuentra rodeado de otros como yo,
y veo, de a poco, que fueron sus manos,
gracias a las cuales estoy aquí hoy.
Seguimos andando, solos y abrazados,
dando cada uno … poco o mucho… o no,
mas con la certeza de haber escuchado,
muy dentro del alma:
“SIGUE, QUE AQUÍ ESTOY!!”
Miriam Venezia
28/10/2020
11:11 hs.