Llámala para decirle que, ahora que la estás pasando muy bien, desearías que estuviera contigo para que la pasaras mejor con ella a tu lado.
Llámale sin razón solo para decirle que la amas y para decirle cuánto valoras el tiempo que están juntos.
Llámala y róbale unos segundos para decirle cómo te quita el aliento cuando se pone ese vestido entallado que le queda tan bien, pero que te gusta más verla desnuda en tu cama.
Llámale solo por el placer de escuchar su voz y de imaginar lo que hace en el día mientras piensa en ti.
Llámale para recordarle que es el pilar de la casa, dile que es tu norte, dile que no puedes esperar para verla y contarle tu día, dile que no hay cosa más importante para ti que escuchar lo que tiene que decir acerca de lo qué hay en su corazón.
Llámale y dile que se ponga más guapa para llevarla a la ópera y después a cenar en un restaurante caro, cuando lleguen al lugar, mírala como si fuera la última vez que lo haces y dile que no tienes ojos para nadie más que ella.
Llámale y cuéntale cómo siempre está en tus pensamientos y cómo no puedes esperar para hacer el amor con ella, dile que quisieras que las madrugadas fueran interminables para respirarla hasta que empezara a amanecer.
Llámala y dile que sus brazos son tu casa, que mientras tengas un soplo de aliento, estarás ahí para cuidarla, dile que lo mejor de ti es ella, dile que la estás esperando con la cena lista.
Llámala, solo hazlo.