Noche de invierno que en tu cuerpo se volvió primavera
Desnudos nuestros cuerpos al calor de la hoguera
¡Amándonos entre sombras y sin prisa!…
Tus manos suaves deslizas
Y a toda mi piel erizas.
¡Temblando esta mi cuerpo empapado de ti!
Tu lengua, ha recorrido ya todo mi sendero
Y a pasos gigantes empiezas andar,
¡La calma se pierde ya!…
El ritmo de nuestras caderas se empezó acelerar
Una, dos, tres veces con furia loca entraste y saliste
Y mi paraíso conociste…
Entre gemidos y latidos acelerados
La música no se escucho más
Más nuestros gemidos fueron cantos dignos de esa noche.
Noche de invierno que en tu cuerpo se volvió primavera
Mis pechos en tu boca fueron leña de tu hoguera,
Amándonos entre sombras a la luz de la luna
¡Sin prisa alguna!…
Haciendo una noche de invierno primavera.