gaspar jover polo

SUCESIÓN IMPLACABLE

SUCESIÓN IMPLACABLE

 

Álamos y chopos juntos.

las alamedas formando, hoy, se tiñen

de colores amarillos a la vera

del río o del arroyo, del reguero

o del paso de montaña. Son árboles

escuálidos y apenas entrevistos,

con bucólico espacio entre sus copas,

a izquierda y a derecha

de la rápida corriente intercalada.

 

Los átomos del aire circundan la alameda

por las bellas muchachas recorrida,

y asoman victoriosas las estrellas

desde la franja horaria más nocturna.

Son formas vegetales que se intuyen,

que se alargan, se adelgazan

en presencia del sabio y del artista,

sobre el trozo de lienzo o sobre el libro

con páginas excelsas del poeta,

que, en la cabeza del sabio,

se hacen hueco mientras piensa.

Muralla transparente,

glorieta de los mil pájaros

cantores y de las bellas almas de muchachas.

 

Parece que avanzaran en columnas,

siguiendo el curso sinuoso

de la corriente entremedias, y sin perder

el paso un solo día. Se sienten

con más brío

cuando ausentes, y es entonces

cuando aumenta su importancia.

Orgullo de los tímidos, de los adolescentes

marcados por el mismo fuego ambiguo,

su tránsito es ligero

cuando al fondo del valle se alinean.

 

Álamos y olmos, todos juntos,

abrigo de las almas de los

cuerpos que tiritan,

cuerpos cubierto por plumón apenas. Ciencia incierta.

Guardería de las mariposas,

Su tránsito es ligero

cuando al fondo del valle se alinean.

 

Erguidos, incoherentes

entre la niebla espesa o la llovizna,

para morir nacieron estos árboles

al cabo de tantos años de vigilia.

 

Gaspar Jover Polo