Oscar Perdomo Marín
RUFIANES DEL ALMA
Me canso de leer
poetas muy versados y profundos;
que buscan en el mundo,
Integrarse a los panegiristas
de ocasión por dinero y prebendas
o, quizá, tras la gloria;
de pasar a la Historia
entre rufianes, malandros y arribistas.
Pobre poeta, famoso en todas partes;
tiene su gloria cierta,
pero quiere vivir de proxeneta,
viajando a todas partes,
adulando a tiranos y a sistemas,
aunque la cosa hieda,
cantando a satrapías por dinero
y financiar el precio de su fama.
No importa si es Stalin o es Adolfo, el tierno Fuhuer
¡Hay que adular en nombre de la causa!
y obtener, por si acaso, el Premio Nóbel,
aunque se muera el alma y los principios
y el poeta se vaya a precipicio
cuando todo termine y ya no quede
apenas una mísera reseña
de un bardo que cantó a la primavera
y vendió sus colores
por un exiguo plato de lentejas.
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