Cuando mis amados seres
han traspasado el dintel
rumbo hacia la eternidad,
ha quedado en mi alma
un gran vacío...
vacío que se va llenando
con el tiempo,
porque pienso y tengo fe
que permanecen
en el aire que respiramos...
que las alas de sus espíritus
rozan nuestra esencia,
para hacer valer su presencia
en nosotros...
¡Y en momentos de silencio
y meditación,
siento una suave brisa
en mi rostro y una tenue luz
que se pierde en el horizonte!
¡Son sensaciones
indescriptibles,
como indescriptible
es sentir su presencia
en la profundidad
de nuestro ser!
Nhylath
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