La luna puso en tus labios dos rubíes rojos
que de vivo carmín encendieron el céfiro,
las rosas del jardín de envidia lloraron
derramando amargas lágrimas de terciopelo.
En las blancas horas de la desvelada noche
se escucharon rojos suspiros en el silencio,
eran los gemidos carmesíes que exhalaban
las rosas en las cristalinas alas del viento.
En el manto azul de la noche
una estrella roja titilaba en el cielo,
era el apasionado aroma de tus labios
que se difuminaba en el vasto universo.
La luna besó los rubíes de tu boca,
las rosas ya no vertieron lágrimas al suelo
y los rojos suspiros de tus labios
con sus lenguas de fuego mi corazón hirieron.
Aromas de nostalgia