Nocturno domingo un hombre solitario;
calles vacías sin alma se ve en oficina
una casa junto a la vía del tren con destinatario
yermo. Mañana en una ciudad sin rutina;
una farmacia en una calle con una luz vacía;
y ventanas con candil alumbra a la mujer desnuda.
La luz del sol en la cafetería y pareja todavía
en esta capital impresionista y casi, casi muda.
Ventanas, pueblos abandonados, atardecer,
una habitación de hotel y la mujer leyendo
Dios sabe qué. Soledad abundosa sin querer
en esta urbe grandiosa. Yo lo entiendo,
el pintor de ventanas con ojos de noctámbulo:
es el poeta que pinta la ciudad sin obstáculo.
NACHO REY