Cuando por las mañanas
al despertar,
te busco entre las sabanas
y no te encuentro,
una lagrima derramo
por tu ausencia.
Me levanto dolorido
recordando tu presencia
cuando en otros
buenos tiempos
en la cocina me esperabas
para desayunar unidos.
Luego de la charla cotidiana
me despedías con un beso
al salir para el trabajo
Hoy el gato ronronea
preguntando por ti
pues no te encuentra.
Mi perro se aproxima,
a su manera me dice
dándome un consuelo,
mientras la cola mueve,
tranquilo, que ya vuelve.
Ellos no saben
que tu amor mudó de dueño
y que tu vuelta, jamás se hará
aunque lo quieras
pues yo cerré mi corazón
y la tranquera.