Ramón Bonachí

El cautiverio de los difuntos.

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Margarita no ríe, y en su lecho

un vacío le oprime fuerte el pecho,

tan solo algún clavel de ayer o ahora

se acerca a darle un beso si alguien llora.

Después de tantos años de miradas

que soltaban amor a bocanadas,

no encuentra ojos dichosos a su lado

ni manos que la mimen con cuidado.

Cuando termine el día en negra noche,

el silencio será otra vez el broche

que ha de dejar de nuevo a Margarita

junto a una soledad que la marchita.

Por ello, nunca ríe ni murmura ;

de que sirve tener paz infinita

dentro de una eterna sepultura.

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Los muertos están en cautiverio

y no los dejan salir del cementerio ( Joan Manel Serrat. )

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Fotografía y poema : Ramón Bonachi.