Karen Rod
Sueño en flor de olivo
Antes de conocer tu otro rostro
Sólo esperaba hablarte frente a frente
Anclarme a tu viento
En tu profundidad
En tu ardor y ceniza.
Cada noche te invocaba
Cada día te pensaba
En esos días que tanto y tanto te divisaba
Cercana y extraña
Serena y culpable.
Antes de nacer en ti, antes de parirme tú
En la segunda bocanada
En la mitad del trayecto
Te fui olvidando entre cada amanecer
Aunque bien que fuiste mi esperanza en la desesperanza.
El más temido pensamiento de los viejos
El innombrable azar con fecha y día
El ímpetu de los aventureros
La inquietud y calma entrecruzadas.
Si que te fui olvidando porque simplemente
Ya no te espero
Ya no te añoro
Ya no te busco
Te veo y me veo
En tu otro rostro lapislázuli
Plagado de aves migratorias
De espuma y de cenote.
En el esmeralda del bosque trémulo
Plagado de suspiros y pasos
En tu latir de cascada
Y en tu silencio de caracol.
Vida que me llenas de mí
Muerte abandonada a la orilla
Sueño en flor de olivo.
Ya no te espero no te busco ni te anhelo
Hoy andamos juntos, al lado del lado opuesto.
El de los pájaros naciendo comiendo cantando volando
El de los ellos, ellas, aquellos
Los que somos y estamos.
Quienes nacimos doblemente
Quienes transitamos sigilosos sobre la muerte
Por encima del apego, del consuelo de su abrigo
Quienes morimos cada día en el sol
Y nacemos en cada luna
Habitando el claroscuro de la mente
Abandonando las excusas de la nostalgia
Del atacado por la vida en depresión comatosa.
El y la ahora bienvenida
Lo húmedo y lo vívido
La rosa hambrienta de rocío
El ojo aguado de dicha
Los pies bañados de arena.