El río en su curva
sucumbe ante mí;
espío el tumulto
que no sé a donde fue.
Perforo este pecho
con palabras certeras,
las que salen del fondo
que presume infinito
si la vida es ya solo sufrir
sin medida y no existes
perdido para nadie
por más que grites tu queja
al espacio de encima...
Es una dura verdad
de partir imposible
que aqui estamos solos
una vez ya nacimos
y no hay ayuda que valga
realmente para que ese sentimiento perezca.
No hay duda
de que un día
nos llegara a todos la muerte,
y mientras ese momento se acerca
el tiempo nos come masticando despacio
los huesos que crujen
y los pensamientos que hierven tragándose.