Pedia incado de rodillas en aquellos años de pubescencia
No la mano de una niña, sino el cariño de una mujer de gran presencia
Conocerla de forma como extraído de un romántico filme
Que con una sonrisa y un guiñe, de bochorno podria yo morirme.
Disparatado hubieran llamado mis padres, de escucharme hablar tan picaro
Un chaval hablando de amor, con una retumbadora risa me llamarían jíbaro
Mas no cambiaria mi ensoñacion, de saber que aquí estaria
Con mi adorada acurrucada, comprobando aquella inmadura teoría.
Cual con el tiempo pasando, se colmarían cada letra en rebosante sabiduría
Y de la mofa vecina, quedaría solo el vestigio de la alegría
De dominar el conocimiento, que amantes van y vienen, nunca nosotros; seguimos el camino
Destituido el dichoso destino, pues tuvimos siempre la bendición del cielo divino.
Ahora si quiero tocarte y te toco con timidas ojeadas
Han pasado innumerables estaciones y aun encuentro cautivadora tu mirada
A pesar que estas manos se han mojado de tiempo senil
Estoy mas enamorado que nunca pues te atesoro mas que nunca, mas que aquella olvidada ambicion juvenil.