El fuego es el símbolo de lo Espiritual, como las alas son de la Libertad, y el Dragón simboliza la fuerza interior, por ser la criatura más fuerte en el Mundo de los sueños.
Un Dragón, yo era un Dragón y no escupía fuego, mi sangre era verde como la hierva era verde, mi alma era buena, y yo como tenía alas volaba siempre junto a ella.
Tengo que decir que los Dragones también se enamoran
una mañana floreada en plena primavera, la conocí a ella,
la amé, como amamos los Dragones, con toda nuestra ternura.
Y no sé porque, ni nunca pude entender, como una noche
en pleno otoño, murió de repente lo que yo más amaba,
y entonces conocí la rabia, el dolor y la auténtica tristeza,
me marché lejos, muy lejos de allí ,dejándola antes bien
enterrada, hice de una gran cueva mi morada, y allí viví
todos los años hasta que al fin llegó mi hora.
Mi último pensamiento entre dolores y lágrimas fue para ella,
la amé apasionadamente mientras estuvo junto a mi viva,
la amé mucho más en mi interior, mientras año a año de amor
yo moría aún sintiéndola en mis venas.
Mael Lorens
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de Autor 03/11/2020