kin mejia ospina

POEMA DE LA MUJER AJENA.

POEMA DE LA MUJER AJENA
Volveremos a vernos? preguntaste,
yo te cogí la mano sin hablar.
Pensando en el vacío que llenaste,
no quise a tu pregunta contestar.


Me entregaste tus sueños ya cansados,
Tú, la mujer con dueño sin opción,
tus labios de silencios ya gastados
me envolvieron en nubes de pasión.


Yo seré una memoria sin presencia,
un sueño que se apaga lentamente
como un clamor que ahora se silencia,
siempre estaré contigo estando ausente.


Él anhelante espera tu regreso,
él, que no alcanza a sospechar de ti,
al desnudarte le darás un beso,
y suspirando pensarás en mí.


Muere la llama sobre el blanco lecho,
y en sus brazos tu cuerpo se sofoca,
más renace en tu rostro insatisfecho,
huellas de besos que dejó mi boca.


Yo, jugador de sueños imposibles,
perdido en los jardines de tu amor,
recordando esas cosas indecibles,
donde el alma se abrió como una flor.


Te amé por un instante, poca cosa,
bien sabes que no hay dicha permanente,
las espinas son parte de la rosa,
y me encanta nadar contra corriente.

KIN MEJIA OSPINA.