Si, cenizas que me arropan. Cenizas que arderán con tanta pasión que me harán buscarte.
Que me harán creer en esa pequeña mecha de esperanza en mi alma.
Que me harán ver con gran vivacidad tus ojos.
Que me harán pedir clemencia al intenso incendio de tu tacto.
Que me harán sentir la verdadera vehemencia en tus labios. Pero al final.
Las cenizas arroparán mi maltrecho corazón y taparán mis válvulas.
Causando así mi muerte por las grandes brasas de tu alma.