Zoraya M. Rodríguez

**~Novela Corta - La Rosa en el Espejo - Parte I~**

Cada vez que se mira Violeta de la Paleta en el espejo ella vé una rosa con sus espinas y sangra de dolor. Si desde que sucedió lo peor en su vida, sólo se vió marcado su rostro en el espejo. Si desde que Heriberto de la Cruz, la dejó abandonada en el altar, ella siempre tomó entre sus manos una rosa y se vé en el espejo, porque siempre él, Heriberto la comparó con una rosa y sí, era como una rosa tan hermosa. Un día se casaría con Heriberto de la Cruz, y ella, Violeta, yá lo sabía que le era infiel desde hace mucho tiempo, pero, no se imaginó el desenlace final en el altar, que la dejaría abandonada en pleno altar con su ajuar hermoso de novia. Cuando la historia de Violeta de la Paleta, fue y será una trascendental y no pasajera como la vida misma. Fue una noche, cuando se casaría con Heriberto de la Cruz, cuando fue abandonada cruelmente frente al efigie de Cristo en el altar o en la eucaristía. Cuando en el altar y con su ajuar tan elaborado con perlas no se hizo esperar más cuando no aparecía frente al altar Heriberto de la Cruz. Cuando en el altar Violeta de la Paleta, creyó que la dejaría por siempre frente a ese mismo altra con una rosa en la mano, la cual, tomó con su mano y la ató y la atrapó entre sus dedos y con sus espinas se hirió tanto que dejó una estela de un hilo de sangre manchando a su vestido de novia y juró que en cada rosa que mirara sangraría de dolor. Y sí, cada vez que ella toma una rosa frente al espejo sangra de dolor. Si Violeta de la Paleta, se sintió como una débil novia cuando su rol de mujer solitaria quedó cuando él, Heriberto de la Cruz, la dejó abandonada y vilmente frente al altar. Violeta de la Paleta creció como un niña muy feliz y pensando siempre en llegar a casar de blanco frente al altar. Y sí, que casi llega cuando su novio la compromete en santo matrimonio, pero, nunca llega el enlace a consumar. Cuando en el instante se dió lo que más se fragua en la cabeza de Heriberto de la Cruz, dejar vestida y con su ajuar a Violeta de la Paleta para realizar un acometido en contra de ella. Heriberto de la Cruz, sólo sintió un desprecio por esa mujer, que le dió de todo, amor, ternura y locura y felicidad. Él, un maníaco poseído por el mismo diablo, sólo quería hacer lo mismo que en su pasado, cuando él, Heriberto de la Cruz, se había casado con una mujer que le dijo -“no”-, rotundamente frente al altar, pero, a Violeta de la Paleta no lo merecía, pues, su mundo era bueno. Si Violeta de la Paleta le dió todo, su amor, su ternura y más su pasión desnuda. Cuando si en el desierto de su fraguada mente sólo le advirtió en premonición lo que sucedería y lo poco acontecido y más a ser un sólo instinto en saber que el deseo fue tirado al suelo y desafío con un abandono en el altar. Y era ella Violeta de la Paleta, la que en el amor perdió y no quiso más levantarse del mismo suelo, sus alas se quebraron de volar lejos, de soñar con la vida, y más con el verdadero amor. Cuando Heriberto de la Cruz le hizo lo que le hizo. Un abandono total y una dejadez en frente del altar sucumbiendo en una sola razón sin una locura que le dejó ese amor marcando en el corazón un dolor como el que da las espinas de la rosa, como siempre ella, Violeta lo comparaba. ¿Cómo conoció a Heriberto de la Cruz?, pues, ella siempre trabajó en el comercio buscando un lugar respetable, y buscando un lugar que le dejara dinero, pues, era el cometido más eficaz y el resultado de toda labor. Cuando en el comercio, estaba como dependienta en una tienda de cosméticos y conoció a Heriberto de la Cruz, cuando fue a comprar y a adquirir un perfume de su predilección en la tienda. Él, iba más seguido a comprar a esa tienda y un día la conoció y le pidió su número de teléfono, lo que era una bonita amistad se convirtió en amor, pero,un amor tan aciago y funesto como fue la rosa tan desgraciada en la vida de Violeta de la Paleta y más con sus terribles espinas que le hacían sangrar cuando ella se mira en el espejo. Si Violeta de la Paleta, era como una rosa tan bella y prendida como el mismo sol. Si cuando él, Heriberto de la Cruz, la abandonó en pleno altar a ella, Violeta de la Paleta, le cayó como bomba y sangró de dolor cuando entre sus manos apretó una rosa con espinas. Y se deslizó la sangre, cuando más sangró ella y con esa rosa entre sus manos y más manchó el traje de novia, dejando una estela de sangre efusiva entre la tela de color blanco de ese hermoso vestido. Y fue él, Heriberto de la Cruz, que dejó en pleno altar a Violeta de la Paleta, cuando más quiso ella casar con Heriberto de la Cruz, pero, el camino o el destino se hechizó tan pronto como sin que se haya consumado el matrimonio. Cuando el tiempo pasó como preámbulo de un destino sin conmiseración, con un eficaz tormento en que se electrizó la misma piel en cada reflejo del aquel mismo espejo. Cuando ella se mira en el espejo con una rosa sangra de dolor. Cuando en aquel mismo espejo se miró y se electrizó su forma de mirar su cara en aquel espejo. Cuando ella, Violeta de la Paleta, vió en el corazón de Heriberto de la Cruz, un sólo amor y una sola pasión. Cuando en el espejo se observó la carencia y la duda, y más el desamor y la decepción del mismo amor que le profesó Heriberto de la Cruz un día. Cuando en el mismo camino se dilucidó un encierro total de ver en el cielo una marca como la misma sangre que le dejó las espinas de la rosa al mirar su rostro en el espejo. Cuando en el comienzo o en el final del cruel enlace que terminó en un terrible abandono por parte del novio que nunca apareció en el enlace nupcial. Cuando en aquella boda se vió la mentira, el dolor, y la decepción de amores en fríos destinos y caminos sin un porvenir incierto. Cuando en el ocaso del sol se vió una cruel y terrible tempestad. Cuando entre la rosa del espejo y la lluvia fría se identificó más en el ocaso frío, cuando entre el sol y la rosa sangró de dolor Violeta de la Paleta. Cuando en el importante desenlace y con un final desastre se elevó muy fuerte una insistencia en saber del por qué. ¿Por qué la dejó sola en pleno altar del matrimonio y tan abandonada como una rosa marchita? Cuando en el ámbito de la vida debió de creer en la pequeña sorpresa de que Heriberto de la Cruz, la dejó sola y abandonada en pleno altar. Dejando estéril al corazón y dejando inerte la vida misma. Cuando en el instante debió de creer en el amor y en la verdad de que el valor del amor y del mismo corazón se entregó el desenlace final en un desastre incorregible y tan erróneo como el mismo error en cuanto a miras del desenlace final entre el altar y la rosa entre sus manos apretando el dolor y sangrando y manchando su traje de novia con sangre llena de dolor. Y Violeta de la Paleta, debió de creer en el desierto y en la manera de sentir el dolor en cada rosas y con cada espina de aquella rosa entre sus manos y más mirando su rostro en un espejo por donde se paseó el vil desaire del abandono en pleno altar. 

 

 

Continuará...................................................................................................................................................