Érase el abuelo Otoño,
que tenía una barba de hojas,
anaranjadas, amarillas y rojas.
A veces el abuelo estaba triste,
cuando se separaba de los pájaros
que volaban a cálidos países.
Pero a veces el abuelo estaba divertido
cuando pintaba y regalaba
a los árboles vestidos coloridos.
Su nieta Lluvia por los charcos saltó
y los cuentos susurros de su abuelo escuchó.
Durante largas noches, golpeó el techo la lluvia
y cantó a niños y adultos su canción de cuna.
Y todos se quedaron dormidos con esta melodía
y vieron sueños de color de fantasía
Este abuelo Otoño hizo una maravilla.